Si algo tienen los nuevos proyectos y cantantes urbanos es eclecticismo. Pues Jesse tiene jerga, ritmo, punch, nocaut. Como un triple doble de MJ, Curry o Lebron... Te atrapa. Hipnotiza. Te deja quieto. Su nuevo disco Amor en español es una microdosis de vastas texturas. Hay future funk, groove, latin trap, lo-fi, hip hop y mucha deconstrucción de sonidos. Pareciera que a Jesse le sale fácil el flow. Jesse es flow.
Llevo varios años siguiéndole la pista al gran Jesse. Desde su furia melancólica en Coctel, luego Easy Easy, hasta sus buenas sesiones de música afterhours en aquel antro perverso y solemne de la zona 4.
Luego lo conocí en un evento chulo del querido Gonzo (Mr. Tropical) para el desaparecido Danzón Pérez. Esa vez intercambiamos ideas sobre poesía y música. Fue una buena época. Gonzo estaba vivo.
Esa vez tocaron The Killer Tomato, Easy Easy, Dubvolution, Kontra Marín y otros proyectos de indietronica, dj's, etc. El performance de Easy Easy fue la guinda del pastel. Su álbum Todo lo que te digo está mal fue una explosión con buenos beats, letras poderosas y un Jesse tirando fuego vocal al mejor estilo de TV on the Radio. 100 puntos.
Luego llegó su ida a México y el incendio memorable del Boiler Room en Guadalara, donde la estalló y nos presagió al Jesse de ahora. El resto es historia. Una buena historia.
Sobrevinieron sencillos, remixes y muy buenas colabs. El inicio de una carrera solista con la que hoy regresa a Guate, gracias a los amigos queridos de Aurora y El Zapote.
Lejos están aquellas False teeth, Mint condition o Good to me del Jesse desafiante y eufórico.
Hoy tenemos a un Jesse más relajado, contemplativo y muy aterrizado con nuevos himnos: Mama Lola, Malibú, Tú, 18+1, 6 en mi Rollie, Quiero saber, Turbo, Monte Carlo, Swoosh, No eres tú, Limo, Apaga la luz, Mientes, No jaló y la lista continúa, créanme.
Su nuevo álbum, Amor en español recién editado a principios de año nos da un compilado de buen pop lo-fi, aderezado con confesiones intimistas y múltiples capas exquisitas de armonía y melodía. Eso es algo muy Jesse. Pareciera que ya es su sello personal.
No necesita exceder la voz ni modular más, ni exagerar. Así le sale bien. Más que bien.
Hay brújulas apuntando a Cráneo, Drake o The Weeknd, pero con una muy deliciosa hilaridad vocal. Once tracks bien hechas que estallan como buena mota al mediodía. Lindo disco.
Podría hablar horas de Jesse y su punch sonoro, no es paja. Pasa que su talento lírico e interpretativo para embellecer paisajes sonoros –hip hop, pop, trap, urban– es contundente y brutal.
Anoche nos vimos. Platicamos. Selfies. Recordamos a Gonzo, qué música está escuchando y sus próximos tracks con Little Jesus.
Le dije: «Estoy seguro que será un gran concierto». Sonreímos. Así será.
*Genial el esfuerzo de la productora y los patrocinadores por acercarnos a un concierto épico que quedará en la memoria colectiva y en la historia de la música de Guate. ¡Larga vida a Jesse!
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